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El Legal Design Thinking despega


Queremos compartir contigo este artículo del Nº 106 de la Revista de la Mutualidad de la Abogacía (número de diciembre). El artículo, titulado «El Legal Design Thinking despega» explica un poco sobre lo que es el Legal Design Thinking (LDT), sus usos en el entorno laboral actual, un bootcamp organizado por la propia Mutualidad y habla sobre nuestros clientes, Orbaneja Abogados y como han aplicado el LDT  a su plan de ventas y finalmente de como el LDT está desarrollandose en España donde aparece nuestra socia directora, María Jesús González-Espejo, como referencia. Si quieres descargar la revista completa y leer artículos de actualidad sobre el mundo del Derecho haz click aquí.

EL LEGAL DESIGN THINKING DESPEGA

Si decimos Design Thinking es muy probable que lo primero que se nos venga a la cabeza sea una multitud de Post-it en una pared. En su definición, es una metodología práctica que fomenta la creatividad, facilita la colaboración y la cocreación entre profesionales de distintos ámbitos. Además, permite mejorar los procesos organizativos, diseñar nuevos servicios y productos y mejorar la experiencia de sus clientes.

En la práctica, es una herramienta dinámica que nos ayuda a “pensar mejor”, nos permite sacar todo el potencial innovador que tenemos cuando trabajamos en equipo y ponemos al cliente en el centro de todo lo que hacemos. Así, a través del “pensamiento de diseño” podemos conseguir entender las necesidades insatisfechas del consumidor y que a menudo no se expresan con claridad. Como dijo Henry Ford: “Si hubiera preguntado a mis clientes qué querían, habrían dicho ‘un caballo más rápido’”.

Descubrimiento del poder de la cocreación

 El Design Thinking no es nuevo. Surgió en los años 50 en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, para perfeccionar el diseño de productos industriales. Tenemos que esperar a los años 90, de la mano de David Kelley, para que comience a concebirse tal y como hoy lo conocemos. “También por entonces profesores de esa universidad comienzan a indagar acerca de las aplicaciones de esta metodología al ámbito legal”, nos explica María Jesús González-Espejo, socia directora de Emprendelaw y socia fundadora del Instituto de Innovación Legal (IIL), creado por un grupo de profesionales convencidos de que la innovación debe ser parte de nuestro día a día.

Encontramos multitud de ejemplos prácticos donde se ha aplicado con éxito el Legal Design Thinking (LDT). Por ejemplo, en mejora de la redacción de contratos para que sean “entendibles”, llegando incluso a utilizar el cómic o las historietas; en la creación de herramientas tecnológicas del sector legal, como aplicaciones móviles y páginas web; para afrontar desavenencias entre socios o potenciar que áreas del negocio trabajen juntas, por ejemplo, para la venta cruzada; para diseñar estrategias de futuro o afrontar la transformación de un despacho, entre otras muchas aplicaciones.

¿Por qué aplicar el LDT? “Esta metodología ayuda a los juristas a encontrar soluciones a los retos actuales a través de la creatividad y el trabajo multidisciplinar en equipo. Permite cocrear, es decir crear en grupo, y hoy tenemos muy claro que, frente al conocimiento individual (que ha generado el bagaje de conocimientos de la humanidad), la inteligencia colectiva adquiere un valor muy importante; además, esta disciplina fomenta el romper esquemas, el pensar, como se dice en inglés, think out of the box (pensar fuera de la caja)”, detalla.

Un mundo sin las reglas de hoy

A veces, el mundo jurídico es muy rígido, formal y jerárquico… Es un mundo de reglas. ¿Ello supone una barrera para aplicar la visualización? “El LDT demuestra que la creación surge sobre todo cuando se rompen esas reglas. Lo que está claro es que las reglas del sistema jurídico actual fallan a la hora de dar solución a los retos para los que fueron creadas. Por poner algún ejemplo, la economía colaborativa no encaja en el sistema actual, o los conflictos que no se resuelven por los atascos en los juzgados o porque los que los mecanismos tradicionales no funcionan, o no sirven para satisfacer los cambios y la inmediatez que exigen los clientes y el mercado en la era tecnológica y digital. Hay que empezar a pensar de otra forma, y ahí es donde metodologías como esta pueden ayudar a alcanzar muy buenas soluciones”.

Admite que, cuando trabajan con LDT, “al principio, los juristas suelen sufrir un poco porque no acaban de entender qué están haciendo, ya que rompe con su forma habitual de trabajar, de pensar; por eso me gusta hacer equipos de juristas con expertos de otras áreas, como marketing y comunicación, porque cuando trabajan juntos el cambio es más rápido”. Nada que no se solucione con un poco de entrenamiento, porque la creatividad no es un don reservado a unos pocos elegidos.

Un cliente es un regalo, pero necesita atención

El plan de ventas de Orbaneja Abogados para el año 2020 se diseñó de una manera original. Todos los miembros del equipo se reunieron en tres sesiones en días diferentes y en un contexto distinto de trabajo. Los Post-it de colores, las chuches encima de la mesa, la plasticidad de la sala… Todo invitaba a que surgieran nuevas ideas a través de una manera de trabajo divertida. A partir de ahí se plantearon las cuestiones: ¿a qué clientes nos queremos dirigir? ¿Qué palabras claves les definen?… Así hasta que tuvieron claras la tipología de clientes y las acciones para cada una.

En todo este proceso ha sido fundamental la figura del facilitador o persona que dirige y monitoriza la aplicación del LDT, centrando el foco y haciendo que todos los puntos relevantes salgan a la luz. “Aplicar esta metodología hace que el equipo se implique más generando un clima donde la gente habla y disfruta aportando ideas de manera mucho más natural. Es una manera de entrar poco a poco en el tema, que todo el mundo se sensibilice, se ponga en situación y al final las ideas surgen del propio equipo, que es quien está en contacto con los clientes”, nos cuenta Blanca de Eugenio, gerente de Orbaneja Abogados.

Esta joven abogada llegó al despacho en 2011, proveniente del mundo del marketing. Fue encargándose de este y en los últimos años se ha propuesto, junto a su equipo, innovarlo con una estrategia comercial y de marketing. Dada su experiencia previa en una multinacional, es consciente que “es un desafío importante para las pequeñas y medianas empresas ser efectivos con los escasos recursos con los que contamos, pero es posible conseguir grandes retos quizás simplemente pensando y trabajando de manera diferente; esta y otras metodologías te ayudan a lograrlo”, explica. Ella tiene muy claro el foco de todo su trabajo: “El futuro pasa por poner al cliente en el centro de absolutamente todas nuestras decisiones y hay que escucharles, pues una queja es un regalo; esa es nuestra forma de trabajar”, asegura Blanca de Eugenio.

#IgnitionByMA, el primer ‘bootcamp’ de la Mutualidad

El primer bootcamp de la Mutualidad, organizado el pasado mes de abril, supuso un gran acontecimiento creativo. Si algo sorprendió a los 56 jóvenes que aceptaron el reto de encontrar soluciones innovadoras en el mundo del seguro fue la metodología empleada. El Design Thinking nos permite empatizar, es decir, “descubrir cuáles son los deseos del usuario final, si hay que solventar algún problema relativo al desafío y acabar definiendo los motivos por los que el público objetivo no usa un producto concreto, cómo le gustaría que fuera y, a partir de ahí, crear una idea innovadora para lanzar un producto nuevo que cubra las necesidades”, explicó María Ollé, formadora y experta en The Effective Thinking.

En este caso, el bootcamp de la Mutualidad se considera un evento tipo opening innovation, es decir, “seleccionar personas dentro de ese segmento de clientes que es de nuestro interés, y no solo vamos a conocerlos, sino hacer que cocreen con nosotros, que nos ayuden a diseñar ese producto como ellos quieren”, ejemplifica la profesional de The Effective Thinking. El Design Thinking pone patas para arriba lo que hasta ahora se hacía en marketing: ver qué producto tengo y cómo lo puedo vender. “La idea del Design Thinking es al revés: voy a conocer a esos futuros clientes, ver qué necesitan y, a partir de ahí, diseño mi producto: es la nueva tendencia en marketing”, explica.

Fue una jornada intensiva de trabajo donde los jóvenes mostraron su talento trabajando por equipos, aportando ideas innovadoras y creativas para diseñar con nosotros “una nueva Mutualidad para una nueva generación”.

Despegue de esta disciplina en España

Hemos visto solo algunos ejemplos de lo que somos capaces de crear a travésdel LDT, pero ¿tiene futuro en nuestro país? María Jesús González-Espejo es una apasionada y convencida de esta metodología. Todo empezó en 2013 cuando leyó que una escuela de Estados Unidos iba a organizar un hackathon, un encuentro entre estudiantes de derecho y de informática para hacer juntos apps para mejorar la justicia. “Empecé a pensar que algo se me estaba escapando”. Un año después era ella la encargada de organizar su primer hackathon en España y desde entonces lo tiene claro: “El presente y el futuro pasan por la innovación, y los del sector legal, utilizando la tecnología”.

Su experiencia profesional en este sentido no siempre ha sido entendida ni ha calado tanto como ahora. “El sector se está moviendo. ¿Es inmovilista? Ya no. Antes no entendían de qué hablábamos, pero ahora no solo valoran nuestro trabajo, sino que están deseosos de aplicarlo. El cambio es enorme”, afirma convencida. Parece que el Legal Design Thinking ha despegado en nuestro país y que pronto podremos ver más ejemplos de hasta dónde ponemos innovar con su aplicación.

 

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